Puntos de vista encontrados: ¿Es práctico el aprendizaje basado en proyectos?
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PUNTOS DE VISTA ENCONTRADOS
¿ES PRÁCTICO EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS?
A pesar del enfoque del aprendizaje basado en proyectos “aprender haciendo” está bien documentado como una estrategia curricular exitosa, éste enfoque o estrategia requiere mucha preparación por parte del docente y es bastante difícil de administrar y de evaluar. ¿Vale la pena hacer el esfuerzo que requiere el ABP?
Por Susan Thompson |
Por Kevin Scott |
Todo docente ha tenido un estudiante que pregunta: “¿Por qué tenemos que aprender esto?” Básicamente lo que el estudiante está preguntando es qué relevancia tiene su Institución Educativa para su futuro. El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) le da esa relevancia. Un proyecto ABP es una experiencia auténtica de aprendizaje, centrada en el estudiante, basada en investigación y posibilita la conexión de habilidades y aprendizajes, con el mundo que existe fuera del aula. Puesto que he usado ampliamente el ABP en mis clases tanto de grados de primaria como de secundaria, he descubierto que cada proyecto me permite entender mejor a mis estudiantes. Como el proyecto generalmente está planeado para trabajarse en grupos pequeños (2-3 estudiantes), ellos tienen la oportunidad de experimentar con roles de liderazgo y colaboración de maneras que no pueden hacerlo en los cursos ordinarios. El docente no solamente ve el producto final, sino que tiene tiempo para observar cómo trabajan los estudiantes de manera individual y en grupo. Los mejores proyectos son aquellos que piden a los estudiantes resolver problemas de la vida real. Si en su localidad, hay un tema que genere controversia, pida a los estudiantes que lo investiguen, que entrevisten gente, que hagan lluvia de ideas al respecto, y que utilicen un proceso de toma de decisiones para encontrar soluciones. El producto final podría ser una campaña por escrito, una presentación para la autoridad competente, un modelo, una presentación multimedia hecha a la agencia local de noticias, la lista es interminable y el trabajo es importante. Para que los estudiantes lleguen a conclusiones, deben investigar, recopilar datos, analizar los resultados, sintetizar múltiples propuestas, evaluar cada una y decidir cuál es la mejor solución y la mejor forma de presentación para el producto final. (Deténgase acá por favor y lea nuevamente los verbos de la frase anterior. Tome nota de cuántos de estos denotan habilidades de pensamiento de orden superior). Cada trabajo refleja las fortalezas de los estudiantes que componen el grupo y con cada uno de los proyectos he podido observar el crecimiento de los estudiantes para nivelarse con los retos que se plantean y aprender más sobre sus propias capacidades. Las TIC son componente natural de estos proyectos puesto que los estudiantes escogen las mejores herramientas informáticas para realizar las tareas. Otra particularidad del ABP, que con frecuencia no se tiene en cuenta, es que se cometen errores, pero los estudiantes encuentran la manera de corregirlos. De vez en cuando, se requiere la intervención del docente para guiar al grupo, pero generalmente los estudiantes trabajan en conjunto para encontrar la solución. A pesar de que como docentes, permanentemente estamos evaluando el trabajo de nuestros estudiantes, pocas veces les permitimos aprender de sus errores, encontrarlos y corregirlos. Esto es algo que ocurre naturalmente en el ABP. La valoración del producto final generalmente se hace con una Matriz de Valoración (Rúbrica), pero la evaluación a lo largo del proyecto debe ser permanente y se lleva a cabo, mediante la observación del docente y con conversaciones sostenidas entre estudiantes y el docente. Una vez termina el proyecto, siempre doy tiempo para reflexionar, tanto con apuntes hechos en un diario personal como promoviendo una discusión en el grupo. Reflexionando sobre los aspectos positivos y negativos del proyecto, desarrollamos las bases para mejorar el diseño y mejoras para el siguiente proyecto. Cuando un docente ha tenido experiencia con algunos proyectos de este tipo (ABP), las labores de asignación, manejo y calificación de los proyectos se facilita mucho. Creo que yo desarrollé un sexto sentido que me permitió saber cuándo estaba lista mi clase para trabajar en un ABP. El sexto sentido se refuerza cuando los estudiantes tienen habilidades con base sólida y aprendizajes y también, cuando un evento a nivel local o mundial resulta inspirador. Para resumir, ¿es el ABP muy exigente para trabajarlo en las aulas escolares? Definitivamente no; más aún, no sé cómo habría enseñando yo durante estos 16 años sin utilizarlos. No solamente hacen del aprendizaje algo relevante; también posibilitan que la enseñanza sea relevante. |
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es muy exigente para usarlo regularmente en el aula escolar. Muchas de las objeciones sobre el NCLB [1], la presión por realizar mejores evaluaciones, la enseñanza orientada por los datos y mantener enfocados a los estudiantes para que demuestren buen desempeño y obtengan buenos puntajes en los exámenes más demandantes de competencias escolares son válidas, pero el ABP no es el remedio que cura ese mal. Esta es una estrategia de enseñanza difícil de manejar que se ha vendido como cura mágica para todos los estudiantes etiquetados como talentosos, doblemente excepcionales o aquellos necesitados de aprendizajes más significativos. Esta es una herramienta que se está usando con los estudiantes para que generen sus propias respuestas a preguntas y para que piensen más críticamente sobre un tema; también se pretende que simultáneamente y mientras dura el proceso, hagan reflexiones con sus compañeros. En la realidad del aula, donde deben manejarse muchas dificultades y donde los estudiantes luchan por adquirir habilidades básicas, el ABP es una pérdida de tiempo. El diseño del ABP se originó en las facultades de medicina. Cuando un paciente visita al médico, éste debe hacerle preguntas que le den respuesta al problema que lo ha llevado allí. Como pacientes decimos: “Dr. Gómez, me duele la rodilla”. A lo que el doctor Gómez me responderá con una serie de preguntas como “¿Cuándo le empezó el dolor?” “¿Había sentido antes este dolor?, En escala de 1 a10, en la que 10 es el máximo dolor, qué número le daría al dolor que siente? Después de esta evaluación inicial, el doctor prescribe terapia fisca o medicamentos o quizás nos remita a un especialista. En el aula este modelo no funciona así de bien. En muchos casos el problema que se plantea, intencionalmente se describe en forma muy vaga y los estudiantes no entienden cuál es la situación. En mi clase de historia, la mayoría de los estudiantes no han estado expuestos a las complejidades de la guerra u a otros conceptos difíciles de comprender. Como facilitador, mi trabajo consiste en guiarlos para que formulen buenas preguntas y para que investiguen respuestas a esas preguntas; pero en primer lugar, ¿qué sucede si los estudiantes no están interesados en el tema? La mayoría de los estudiantes de secundaria no demuestran interés por hechos que ocurrieron hace más de 100 años y puede resultar difícil motivarlos por asuntos que no tienen ningún efecto directo en sus vidas. El ABP tiene ventajas para aprendices avanzados y estudiantes mayores que están cautivados por un tema que les fascina. Nos esforzamos para que todos nuestros estudiantes se interesen en los temas que les presentamos y para que se involucren activamente en su aprendizaje. Nuestros Ministerios de Educación establecen qué deben saber los estudiantes y el NCLB [1] determina si estamos alcanzando esos objetivos. El ABP requiere más tiempo, energía y recursos y sus resultados son marginales o pequeños. Los estudiantes que luchan con el desarrollo de habilidades básicas, tienen mayores dificultades con el ABP porque las bases que tienen no son lo suficientemente sólidas para apoyarlo. ESOL [2] y los estudiantes que requieren educación especial luchan aún más, y a pesar de nuestros mejores esfuerzos por ubicarlos en grupos de estudiantes “buenos” que les ayuden, terminan frustrados. Los estudiantes frustrados no son exitosos y tampoco culminan sus estudios con mayor conocimiento. En cambio, están menos motivados y muchas veces abatidos. No vale la pena lanzar al agua a esos estudiantes que realmente necesitan nuestra ayuda, sin un salvavidas. Debemos concentrar nuestra atención en prácticas, ideas fundamentales y estrategias que den resultados; no en aquellas que representan las últimas tendencias educativas o que solo funcionan con estudiantes excepcionales. |
Por Susan Thompson |
Por Kevin Scott |
Todo docente ha tenido un estudiante que pregunta: “¿Por qué tenemos que aprender esto?” Básicamente lo que el estudiante está preguntando es qué relevancia tiene su Institución Educativa para su futuro. El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) le da esa relevancia. Un proyecto ABP es una experiencia auténtica de aprendizaje, centrada en el estudiante, basada en investigación y posibilita la conexión de habilidades y aprendizajes, con el mundo que existe fuera del aula. Puesto que he usado ampliamente el ABP en mis clases tanto de grados de primaria como de secundaria, he descubierto que cada proyecto me permite entender mejor a mis estudiantes. Como el proyecto generalmente está planeado para trabajarse en grupos pequeños (2-3 estudiantes), ellos tienen la oportunidad de experimentar con roles de liderazgo y colaboración de maneras que no pueden hacerlo en los cursos ordinarios. El docente no solamente ve el producto final, sino que tiene tiempo para observar cómo trabajan los estudiantes de manera individual y en grupo. Los mejores proyectos son aquellos que piden a los estudiantes resolver problemas de la vida real. Si en su localidad, hay un tema que genere controversia, pida a los estudiantes que lo investiguen, que entrevisten gente, que hagan lluvia de ideas al respecto, y que utilicen un proceso de toma de decisiones para encontrar soluciones. El producto final podría ser una campaña por escrito, una presentación para la autoridad competente, un modelo, una presentación multimedia hecha a la agencia local de noticias, la lista es interminable y el trabajo es importante. Para que los estudiantes lleguen a conclusiones, deben investigar, recopilar datos, analizar los resultados, sintetizar múltiples propuestas, evaluar cada una y decidir cuál es la mejor solución y la mejor forma de presentación para el producto final. (Deténgase acá por favor y lea nuevamente los verbos de la frase anterior. Tome nota de cuántos de estos denotan habilidades de pensamiento de orden superior). Cada trabajo refleja las fortalezas de los estudiantes que componen el grupo y con cada uno de los proyectos he podido observar el crecimiento de los estudiantes para nivelarse con los retos que se plantean y aprender más sobre sus propias capacidades. Las TIC son componente natural de estos proyectos puesto que los estudiantes escogen las mejores herramientas informáticas para realizar las tareas. Otra particularidad del ABP, que con frecuencia no se tiene en cuenta, es que se cometen errores, pero los estudiantes encuentran la manera de corregirlos. De vez en cuando, se requiere la intervención del docente para guiar al grupo, pero generalmente los estudiantes trabajan en conjunto para encontrar la solución. A pesar de que como docentes, permanentemente estamos evaluando el trabajo de nuestros estudiantes, pocas veces les permitimos aprender de sus errores, encontrarlos y corregirlos. Esto es algo que ocurre naturalmente en el ABP. La valoración del producto final generalmente se hace con una Matriz de Valoración (Rúbrica), pero la evaluación a lo largo del proyecto debe ser permanente y se lleva a cabo, mediante la observación del docente y con conversaciones sostenidas entre estudiantes y el docente. Una vez termina el proyecto, siempre doy tiempo para reflexionar, tanto con apuntes hechos en un diario personal como promoviendo una discusión en el grupo. Reflexionando sobre los aspectos positivos y negativos del proyecto, desarrollamos las bases para mejorar el diseño y mejoras para el siguiente proyecto. Cuando un docente ha tenido experiencia con algunos proyectos de este tipo (ABP), las labores de asignación, manejo y calificación de los proyectos se facilita mucho. Creo que yo desarrollé un sexto sentido que me permitió saber cuándo estaba lista mi clase para trabajar en un ABP. El sexto sentido se refuerza cuando los estudiantes tienen habilidades con base sólida y aprendizajes y también, cuando un evento a nivel local o mundial resulta inspirador. Para resumir, ¿es el ABP muy exigente para trabajarlo en las aulas escolares? Definitivamente no; más aún, no sé cómo habría enseñando yo durante estos 16 años sin utilizarlos. No solamente hacen del aprendizaje algo relevante; también posibilitan que la enseñanza sea relevante. |
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es muy exigente para usarlo regularmente en el aula escolar. Muchas de las objeciones sobre el NCLB [1], la presión por realizar mejores evaluaciones, la enseñanza orientada por los datos y mantener enfocados a los estudiantes para que demuestren buen desempeño y obtengan buenos puntajes en los exámenes más demandantes de competencias escolares son válidas, pero el ABP no es el remedio que cura ese mal. Esta es una estrategia de enseñanza difícil de manejar que se ha vendido como cura mágica para todos los estudiantes etiquetados como talentosos, doblemente excepcionales o aquellos necesitados de aprendizajes más significativos. Esta es una herramienta que se está usando con los estudiantes para que generen sus propias respuestas a preguntas y para que piensen más críticamente sobre un tema; también se pretende que simultáneamente y mientras dura el proceso, hagan reflexiones con sus compañeros. En la realidad del aula, donde deben manejarse muchas dificultades y donde los estudiantes luchan por adquirir habilidades básicas, el ABP es una pérdida de tiempo. El diseño del ABP se originó en las facultades de medicina. Cuando un paciente visita al médico, éste debe hacerle preguntas que le den respuesta al problema que lo ha llevado allí. Como pacientes decimos: “Dr. Gómez, me duele la rodilla”. A lo que el doctor Gómez me responderá con una serie de preguntas como “¿Cuándo le empezó el dolor?” “¿Había sentido antes este dolor?, En escala de 1 a10, en la que 10 es el máximo dolor, qué número le daría al dolor que siente? Después de esta evaluación inicial, el doctor prescribe terapia fisca o medicamentos o quizás nos remita a un especialista. En el aula este modelo no funciona así de bien. En muchos casos el problema que se plantea, intencionalmente se describe en forma muy vaga y los estudiantes no entienden cuál es la situación. En mi clase de historia, la mayoría de los estudiantes no han estado expuestos a las complejidades de la guerra u a otros conceptos difíciles de comprender. Como facilitador, mi trabajo consiste en guiarlos para que formulen buenas preguntas y para que investiguen respuestas a esas preguntas; pero en primer lugar, ¿qué sucede si los estudiantes no están interesados en el tema? La mayoría de los estudiantes de secundaria no demuestran interés por hechos que ocurrieron hace más de 100 años y puede resultar difícil motivarlos por asuntos que no tienen ningún efecto directo en sus vidas. El ABP tiene ventajas para aprendices avanzados y estudiantes mayores que están cautivados por un tema que les fascina. Nos esforzamos para que todos nuestros estudiantes se interesen en los temas que les presentamos y para que se involucren activamente en su aprendizaje. Nuestros Ministerios de Educación establecen qué deben saber los estudiantes y el NCLB [1] determina si estamos alcanzando esos objetivos. El ABP requiere más tiempo, energía y recursos y sus resultados son marginales o pequeños. Los estudiantes que luchan con el desarrollo de habilidades básicas, tienen mayores dificultades con el ABP porque las bases que tienen no son lo suficientemente sólidas para apoyarlo. ESOL [2] y los estudiantes que requieren educación especial luchan aún más, y a pesar de nuestros mejores esfuerzos por ubicarlos en grupos de estudiantes “buenos” que les ayuden, terminan frustrados. Los estudiantes frustrados no son exitosos y tampoco culminan sus estudios con mayor conocimiento. En cambio, están menos motivados y muchas veces abatidos. No vale la pena lanzar al agua a esos estudiantes que realmente necesitan nuestra ayuda, sin un salvavidas. Debemos concentrar nuestra atención en prácticas, ideas fundamentales y estrategias que den resultados; no en aquellas que representan las últimas tendencias educativas o que solo funcionan con estudiantes excepcionales. |
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NOTAS DEL EDITOR
[1] NCLB es la abreviatura de No Child Left Behind, acto legislativo estadounidense de 2001 en el que se estableció una reforma educativa con altos estándares y objetivos de aprendizaje medibles para mejorar el desempeño educativo de los estudiantes. http://en.wikipedia.org/wiki/No_Child_Left_Behind_Act
[2] ESOL (Enrichment & Social opportunities for Life skills) es una ONG de California dedicada a atender las necesidades de niños con necesidades especiales. http://www.esolnpo.org/
CRÉDITOS:
Traducción al español realizada por EDUTEKA del artículo “Is Project-Based Learning Practical?” escrito por Kevin Scott y Susan Thompson. Fue publicado en la edición de Agosto de 2007 de la revista Learning & Leading with Technology; ISTE (International Society for Technology in Education).
Publicación de este documento en EDUTEKA: Septiembre 01 de 2010.
Última modificación de este documento: Septiembre 01 de 2010.