¿Revolucionará el iPad la educación?
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PUNTOS DE VISTA ENCONTRADOS
¿REVOLUCIONARÁ EL iPAD LA EDUCACIÓN?
Eric A. Walters es director de ciencia y tecnología (TIC) en el colegio “Marymount” de la ciudad de Nueva York. En este enseña ciencias atmosféricas y física avanzada. En el 2009 recibió el premio Vernier de Tecnología. Además, el colegio recibió en el período académico 2010 – 2011, el reconocimiento de Apple a programas ejemplares por el uso que han hecho en este de iPads y iPods. | Michael Baum comenzó a enseñar inglés en la época en que los computadores llenaban edificios enteros. Antiguo gerente de “Renaissance Learning”. En la actualidad ayuda a las organizaciones a desarrollar visiones de productos, marcas, mensajes, estrategias de crecimiento de mercados y posturas, en base a evidencia, en temas educativos. |
Es cierto que el iPad ofrece al trabajo en el aula de clase muchas de las mismas funcionalidades que aporta un portátil: acceso a multimedia y a información durante 24 horas, los 7 días de la semana (7/24), conectividad inalámbrica y portabilidad. Es así como muchos consideran al iPad como un simple reemplazo del portátil, pero la verdad es que la tableta es en realidad una nueva plataforma para la computación en el aula. Esto lo hemos probado en la Institución Educativa en la que trabajo, el colegio “Marymount” de Nueva York (USA). El iPad nos ha ofrecido la oportunidad de hacer la transición de proyectos de largo plazo que involucran software específico, con una curva de aprendizaje muy pendiente y muy largos, a otros de menor escala, con actividades de aprendizaje basadas en Apps. Vemos también al iPad como herramienta de creación, lo opuesto a una herramienta de consumo y nos enfocamos en lo que se puede hacer con este dispositivo, en lugar de hacerlo en los inconvenientes que tiene. Consideremos por ejemplo el Estudio de Escritores, una aplicación (App) que usan nuestros estudiantes de segundo grado en su clase de ciencias para estudiar una unidad sobre lombrices. Nuestro especialista en Ciencias para los grados de básica primaria pudo probarla y aprender a usar esta App en menos de un día y la curva de aprendizaje para los estudiantes fue considerablemente menor de lo que hubiera sido para un programa típico de software. Los estudiantes produjeron un libro con sus experimentos con lombrices que incluía texto, imágenes y audio; tres modalidades en una, para una App con un valor de 4.99 dólares! Además, los docentes pueden usar la tecnología (TIC) como “un libro de su biblioteca pedagógica” que apoya el currículo pero no lo dirige. El iPad gracias a su portabilidad e interacción cinestésica, permite hacer cosas que no pueden hacerse con un portátil. Este otoño, nuestro docente de arte de grado 10°, deseaba que sus estudiantes bosquejaran la exhibición “Big Bambu” (Bambú Grande) que estaba presentando el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (USA). Le dio a cada estudiante un iPad con el programa “Sketchbook Pro” instalado. Usando uno de sus dedos, hizo un bosquejo de uno de los aspectos de la exhibición. No hubo necesidad de traer lápices ni un libro de dibujo! Cada uno de los estudiantes comenzó su propio portafolio digital de arte y la docente recogió con facilidad todos los trabajos. Después de incluir las reflexiones de los estudiantes, produjimos un libro digital con sus trabajos. En la escuela primaria, los estudiantes están desarrollando sus habilidades visuales y espaciales. Nuestra docente asistente de grado 1°, usando “Duodle Buddy”, pidió a cada niño dibujar uno de los salones del edificio del colegio. Cuando completaron sus dibujos, los estudiantes organizaron sus iPads de manera que formaran un mapa de la institución en 3D (tres dimensiones). También los habían organizado de manera que conformaran una línea de tiempo histórica y que además mostrara las etapas del desarrollo de un huracán. Dotando a nuestro cuerpo docente con las herramientas y las oportunidades para experimentar, hemos podido desarrollar e implementar actividades de aprendizaje que permiten a los estudiantes alcanzar el nivel de “crear” que está en el extremo superior de la Taxonomía de Bloom Revisada. Además, escalar nuevas alturas es de lo que realmente tratan las revoluciones. |
Mientras caminaba por los pasillos de la sede de la conferencia de la Asociación Tejana para la Computación en Educación (TCEA, por su sigla en inglés), me encontré a boca de jarro con una colega, una docente de tecnología (TIC) y veterana en publicaciones escolares, que servía de guía a unos visitantes europeos. “¿Qué hay de especialmente llamativo en esta conferencia?”, me preguntó. Le respondí: “está toda enfocada hacia los iPads y los dispositivos móviles”. “¿Cuáles son las nuevas aplicaciones que no nos debemos perder?, prosiguió. Hice una pausa, “hasta ahora no he visto nada que me llame la atención”, le confesé finalmente. Es muy cierto que hay mucho entusiasmo, pues las tabletas, por ejemplo los iPads, son tecnologías muy llamativas. Los proveedores de tecnología educativa se están esforzando por hacer correr los programas existentes en iPads o Android y gracias a su portabilidad y el factor “wow”, es muy posible que un buen número de educadores los comiencen a usar. Por supuesto que en ese punto ellos tendrán a su disposición los mismos programas con los que contaban antes, simplemente más portables; lo que en algunos casos será una mejora. Pero una “mejora” no es una “revolución”. Me perdonan pero soy escéptico; probablemente es por mi edad. Ya he visto demasiadas cosas que iban a revolucionar la educación: el aprendizaje programado, los computadores, el Internet, los portátiles, los tableros interactivos. Todos ellos se volvieron comunes e hicieron posible o facilitaron algunas cosas. Pero el aula de clase promedio y su enfoque sobre la enseñanza, son prácticamente los mismos que existían hace 50 o 100 años (concedo que no soy tan viejo como para recordar lo que pasaba hace 100 años, pero recuerdo con toda claridad mi historia educativa). Hay algunas cosas que las tabletas no harán nunca mejor o tan bien como los computadores convencionales, tales como posibilitar a los estudiantes desarrollar habilidades con el teclado o escribir una cantidad substancial de texto. La carrera por el iPad es similar a la carrera para digitalizar contenido escrito. Cantidades enormes de material impreso se han puesto a disposición, en línea. Si el contenido antes era una pedagogía efectiva, también es efectiva ahora. Si no lo era presentarla en un monitor, no la mejora. Las nuevas tecnologías generarán una revolución solamente si sus nuevas características realmente mejoran el aprendizaje. A no ser que el nuevo medio dé como resultado el que los estudiantes aprendan más, o más rápido, o tengan mayor retención o mejor auto eficacia, no hay tal revolución, es simplemente un cambio de régimen. Así, que les planteo un reto a los desarrolladores de tabletas: Por favor, revolucionen la educación. Usen las características únicas de éstas, la portabilidad, el “siempre y en cualquier lugar”, las gráficas, la cámara, el contenido que puede fragmentarse fácilmente, para potenciar los factores que realmente jalonan el aprendizaje: tiempo de trabajo comprometido, retroalimentación, cultura de aprendizaje, práctica de habilidades esenciales e individualización. Y por supuesto, ¡no olviden a los maestros! Hagan las cosas más fáciles y efectivas para ellos, porque realmente son los maestros los que tienen la capacidad de revolucionar la educación. Si hacen todo lo anterior, con gusto diré estas dos palabras “Estaba equivocado”. |
Eric A. Walters es director de ciencia y tecnología (TIC) en el colegio “Marymount” de la ciudad de Nueva York. En este enseña ciencias atmosféricas y física avanzada. En el 2009 recibió el premio Vernier de Tecnología. Además, el colegio recibió en el período académico 2010 – 2011, el reconocimiento de Apple a programas ejemplares por el uso que han hecho en este de iPads y iPods. | Michael Baum comenzó a enseñar inglés en la época en que los computadores llenaban edificios enteros. Antiguo gerente de “Renaissance Learning”. En la actualidad ayuda a las organizaciones a desarrollar visiones de productos, marcas, mensajes, estrategias de crecimiento de mercados y posturas, en base a evidencia, en temas educativos. |
Es cierto que el iPad ofrece al trabajo en el aula de clase muchas de las mismas funcionalidades que aporta un portátil: acceso a multimedia y a información durante 24 horas, los 7 días de la semana (7/24), conectividad inalámbrica y portabilidad. Es así como muchos consideran al iPad como un simple reemplazo del portátil, pero la verdad es que la tableta es en realidad una nueva plataforma para la computación en el aula. Esto lo hemos probado en la Institución Educativa en la que trabajo, el colegio “Marymount” de Nueva York (USA). El iPad nos ha ofrecido la oportunidad de hacer la transición de proyectos de largo plazo que involucran software específico, con una curva de aprendizaje muy pendiente y muy largos, a otros de menor escala, con actividades de aprendizaje basadas en Apps. Vemos también al iPad como herramienta de creación, lo opuesto a una herramienta de consumo y nos enfocamos en lo que se puede hacer con este dispositivo, en lugar de hacerlo en los inconvenientes que tiene. Consideremos por ejemplo el Estudio de Escritores, una aplicación (App) que usan nuestros estudiantes de segundo grado en su clase de ciencias para estudiar una unidad sobre lombrices. Nuestro especialista en Ciencias para los grados de básica primaria pudo probarla y aprender a usar esta App en menos de un día y la curva de aprendizaje para los estudiantes fue considerablemente menor de lo que hubiera sido para un programa típico de software. Los estudiantes produjeron un libro con sus experimentos con lombrices que incluía texto, imágenes y audio; tres modalidades en una, para una App con un valor de 4.99 dólares! Además, los docentes pueden usar la tecnología (TIC) como “un libro de su biblioteca pedagógica” que apoya el currículo pero no lo dirige. El iPad gracias a su portabilidad e interacción cinestésica, permite hacer cosas que no pueden hacerse con un portátil. Este otoño, nuestro docente de arte de grado 10°, deseaba que sus estudiantes bosquejaran la exhibición “Big Bambu” (Bambú Grande) que estaba presentando el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (USA). Le dio a cada estudiante un iPad con el programa “Sketchbook Pro” instalado. Usando uno de sus dedos, hizo un bosquejo de uno de los aspectos de la exhibición. No hubo necesidad de traer lápices ni un libro de dibujo! Cada uno de los estudiantes comenzó su propio portafolio digital de arte y la docente recogió con facilidad todos los trabajos. Después de incluir las reflexiones de los estudiantes, produjimos un libro digital con sus trabajos. En la escuela primaria, los estudiantes están desarrollando sus habilidades visuales y espaciales. Nuestra docente asistente de grado 1°, usando “Duodle Buddy”, pidió a cada niño dibujar uno de los salones del edificio del colegio. Cuando completaron sus dibujos, los estudiantes organizaron sus iPads de manera que formaran un mapa de la institución en 3D (tres dimensiones). También los habían organizado de manera que conformaran una línea de tiempo histórica y que además mostrara las etapas del desarrollo de un huracán. Dotando a nuestro cuerpo docente con las herramientas y las oportunidades para experimentar, hemos podido desarrollar e implementar actividades de aprendizaje que permiten a los estudiantes alcanzar el nivel de “crear” que está en el extremo superior de la Taxonomía de Bloom Revisada. Además, escalar nuevas alturas es de lo que realmente tratan las revoluciones. |
Mientras caminaba por los pasillos de la sede de la conferencia de la Asociación Tejana para la Computación en Educación (TCEA, por su sigla en inglés), me encontré a boca de jarro con una colega, una docente de tecnología (TIC) y veterana en publicaciones escolares, que servía de guía a unos visitantes europeos. “¿Qué hay de especialmente llamativo en esta conferencia?”, me preguntó. Le respondí: “está toda enfocada hacia los iPads y los dispositivos móviles”. “¿Cuáles son las nuevas aplicaciones que no nos debemos perder?, prosiguió. Hice una pausa, “hasta ahora no he visto nada que me llame la atención”, le confesé finalmente. Es muy cierto que hay mucho entusiasmo, pues las tabletas, por ejemplo los iPads, son tecnologías muy llamativas. Los proveedores de tecnología educativa se están esforzando por hacer correr los programas existentes en iPads o Android y gracias a su portabilidad y el factor “wow”, es muy posible que un buen número de educadores los comiencen a usar. Por supuesto que en ese punto ellos tendrán a su disposición los mismos programas con los que contaban antes, simplemente más portables; lo que en algunos casos será una mejora. Pero una “mejora” no es una “revolución”. Me perdonan pero soy escéptico; probablemente es por mi edad. Ya he visto demasiadas cosas que iban a revolucionar la educación: el aprendizaje programado, los computadores, el Internet, los portátiles, los tableros interactivos. Todos ellos se volvieron comunes e hicieron posible o facilitaron algunas cosas. Pero el aula de clase promedio y su enfoque sobre la enseñanza, son prácticamente los mismos que existían hace 50 o 100 años (concedo que no soy tan viejo como para recordar lo que pasaba hace 100 años, pero recuerdo con toda claridad mi historia educativa). Hay algunas cosas que las tabletas no harán nunca mejor o tan bien como los computadores convencionales, tales como posibilitar a los estudiantes desarrollar habilidades con el teclado o escribir una cantidad substancial de texto. La carrera por el iPad es similar a la carrera para digitalizar contenido escrito. Cantidades enormes de material impreso se han puesto a disposición, en línea. Si el contenido antes era una pedagogía efectiva, también es efectiva ahora. Si no lo era presentarla en un monitor, no la mejora. Las nuevas tecnologías generarán una revolución solamente si sus nuevas características realmente mejoran el aprendizaje. A no ser que el nuevo medio dé como resultado el que los estudiantes aprendan más, o más rápido, o tengan mayor retención o mejor auto eficacia, no hay tal revolución, es simplemente un cambio de régimen. Así, que les planteo un reto a los desarrolladores de tabletas: Por favor, revolucionen la educación. Usen las características únicas de éstas, la portabilidad, el “siempre y en cualquier lugar”, las gráficas, la cámara, el contenido que puede fragmentarse fácilmente, para potenciar los factores que realmente jalonan el aprendizaje: tiempo de trabajo comprometido, retroalimentación, cultura de aprendizaje, práctica de habilidades esenciales e individualización. Y por supuesto, ¡no olviden a los maestros! Hagan las cosas más fáciles y efectivas para ellos, porque realmente son los maestros los que tienen la capacidad de revolucionar la educación. Si hacen todo lo anterior, con gusto diré estas dos palabras “Estaba equivocado”. |
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CRÉDITOS:
Traducción al español realizada por EDUTEKA del artículo “Will the iPad Revolutionize Education?” escrito por Eric A. Walters & Michael Baum. Fue publicado en la edición de Mayo de 2011 de la revista Learning & Leading with Technology; ISTE (International Society for Technology in Education).
Publicación de este documento en EDUTEKA: Diciembre 01 de 2013.
Última modificación de este documento: Diciembre 01 de 2013.