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Cómo enriquece la Folcsonomia los aprendizajes
Juan Carlos López García
Tanto los marcadores como el etiquetado social (elementos de la folcsonomía) se enmarcan en el concepto “compartir” que, a su vez, contribuye a incrementar el “capital social” [1], basado en relaciones entre individuos y en las conexiones que éstos tengan con sus comunidades. En este terreno está emergiendo la “economía del compartir” como modelo futuro de producción y consumo efectivo y sostenible [2]. Los jóvenes han empezado a superar el paradigma del “poseer” para abrazar el paradigma del “usar y compartir”. Ellos comparten de manera natural bicicletas, autos, libros de texto, hogares, herramientas, información y recursos digitales de todo tipo. Respecto a compartir información y recursos digitales, las redes sociales en línea reemplazaron el “boca a boca” del pasado, pero con un alcance mayor en cuanto al número de individuos al que se puede llegar y al cubrimiento geográfico.
Pero el acto de compartir cualquier tipo de información o de recurso digital en una red social va más allá del mero uso instrumental de una herramienta como Scoop.it o Diigo. Lo que está en juego en dicho acto es la pertinencia y el valor que tiene para los demás lo que se está compartiendo. Según Savage & McGoun (2015), cuando compartimos, no sólo ayudamos a alguien, también decimos algo acerca de nosotros mismos y de las personas con las cuales compartimos. Por ejemplo, al dar un regalo a alguien, suponemos que tiene valor y relevancia para quien lo recibe; si es así, se fortalece nuestra reputación y confiabilidad ante esa persona.
Con respecto a promover el “Compartir” en procesos de aprendizaje, Savage & McGoun (2015) plantean que uno de los mayores retos que enfrenta la educación es romper con la visión de los estudiantes respecto a que aprender es sinónimo de obtener una ventaja competitiva y, por lo tanto, necesitan proteger de otras personas el conocimiento que han construido. Toma tiempo y esfuerzo convencerlos de que al compartir sus conocimientos pueden mejorar sus propios aprendizajes. El reto de los docentes consiste en modificar el famoso aforismo “conocimiento es poder” por “conocimiento compartido es poder” [2].
Inicialmente, etiquetar información y recursos con palabras clave tiene el potencial de cambiar la forma en que se almacena y recupera lo que se considera valioso en la Web. Pues en lugar de hacerlo en un computador (favoritos del navegador), se hace en línea y se puede acceder a esos recursos desde cualquier sitio mediante una conexión a Internet. Pero, en relación a procesos educativos, esta función del etiquetado puede llegar a ser menos importante para recordar donde se encontró una información o un recurso y más importante para recuperar dicha información y recursos utilizando un esquema para ordenar y compartir lo encontrado con compañeros y profesores. En últimas, el etiquetado social simplifica la distribución de sitios de interés sobre un tema, bibliografías, documentos y otros recursos; solo que agregando valor a una comunidad de práctica [C].
Por otra parte, según la taxonomía propuesta por las doctoras Suzie Boss & Jane Krauss, la Folcsonomía cumple las siguientes funciones esenciales en apoyo del aprendizaje:
Ubicuidad – Con el uso de marcadores y etiquetado social, los aprendices no están limitados únicamente al acceso a computadores en el hogar o la escuela para poder localizar, guardar y compartir información y recursos digitales. Esta herramienta permite a los estudiantes: a) acceder a información y recursos desde cualquier computador o dispositivo móvil conectado a Internet; b) publicar sus propios productos o ideas en línea; y c) reutilizar los trabajos realizados por otras personas.
Aprender a profundidad – Marcar y etiquetar información y recursos digitales demanda de los estudiantes navegar adecuadamente en Internet, seleccionar información, organizarla, analizarla, guardarla y compartirla.
Autoexpresarse, compartir ideas, generar comunidad – Al marcar y etiquetar información y recursos digitales, los estudiantes pueden compartir con otros compañeros (dentro y fuera del aula) sus hallazgos en la Web, escribir notas sobre sus puntos de vista acerca de lo que hallaron, recibir comentarios, etc.
NOTAS:
[1] Según Putnam (1993), el “Capital Social” se refiere a características de organizaciones sociales, tales como confianza, normas (de reciprocidad), y redes (de compromiso cívico), que pueden mejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar acciones co-ordenadas. Putnam, R., Leonardi, R. & Nanetti, R. (1993). Making Democracy Work: Civic traditions in modern italy. Princeton, NJ: Princeton University Press.
[2] Savage, J. & McGoun, C. (2015). Teaching in a Networked Classroom. New York: Routledge.