Introducción

Acercándose el día de muertos, Christian iba pensativo, recordando los buenos tiempos que paso con su abuelo antes de que él se fuera de su lado. Al llegar a su casa, su mamá nota que algo raro le sucede.

–Christian que te pasa– le dice su madre.

–Estoy triste, ya que el día de muertos es un día muy tiste –Contesta Christian.

La mamá preocupada se pone a investigar la celebración en Michoacán. Al día siguente que llega Christian de la escuela le enseña un volante, que decía:

El ritual de velación el día de muertos, constituye una de las manifestaciones religiosas por excelencia. Durante la noche del 1 de noviembre, llevan hasta el lugar donde yace la tumba de sus antepasados, la ofrenda símbolo de recuerdo y presencia a la memoria de sus seres fallecidos; así que, quienes conforman el evento y la representación, lo hacen con profundo respeto, de veneración a los seres que materialmente ya no existen, y al recuerdo de lo que fueron. La velación ha tenido un profundo arraigo en varios pueblos de Janitzio, Jarácuaro, Tzintzuntzan, Ihuatzio y Tzurumútaro localizadas dentro de la región del Lago de Pátzcuaro.

– ¿Vamos?– Le dice su mamá.

–Claro que si– contesta él.

Al ver Christian que el día de muertos que para alguna gente es un día muy colorido, y alegre, ya que tienen la oportunidad de llevarle algo a sus seres queridos que les gustaba cuando estaban en vida, y así mantenerlos vivos en el corazón. Desde entonces, Christian celebra feliz este día, ya que tiene la dicha de convivir con su abuelo en una forma alegre.