Introducción

En América Latina, se ha manifestado desde la década de 1990 un cambio  significativo en la percepción y el abordaje  de los desastres, desde la  academia hasta la incidencia en respectivas políticas, como también en las  propuestas de acción.

“En relación a esto, se puede decir que actualmente los problemas que desencadenan los desastres  se enfocan  en el riesgo que predispone el evento, el cual es construido socialmente, por lo tanto ningún desastre puede suceder sin la previa existencia de una situación de riesgo, la cual no solo permite la ocurrencia del desastre sino  también determina la dimensión de sus impactos”. (Gallert- de Pinto, 2012. p.13).

La Teoría de la Sociedad del Riesgo planteada  por  el Sociólogo alemán Ulrich Beck, intenta comprender las amenazas por las que transita la sociedad actual,  señalando que en las sociedades actuales la producción de la riqueza va acompañada de una creciente producción social de los riesgos.  De esta forma los problemas y conflictos de la sociedad de la carencia son sustituidos por los problemas y conflictos que surgen de la industrialización.

A la base de esto se encuentra la idea de que somos testigos (sujeto y objeto) de una fractura dentro de la modernidad, la cual se desprende de los contornos de la sociedad industrial clásica y acuña una nueva figura, a la que aquí llamamos Sociedad (industrial) del Riesgo (Beck, 1986.p.16).  

Beck (2006) menciona que  la Sociedad del Riesgo es pertinente para un mundo que puede caracterizarse por la pérdida de una distinción clara entre naturaleza y cultura. En donde el desarrollo industrial no regulado por el sistema político produce riesgos de una nueva magnitud: incalculables, imprevisibles e incontrolables. Por tanto, ya no es sólo el desprendimiento y aprovechamiento de la naturaleza, sino problemas que son consecuencia del desarrollo técnico económico del mismo.